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martes, 4 de marzo de 2014

La curiosidad, consecuencias y enseñanzas



El sábado 1ero de Marzo,  fue un día muy ocupado y quise planchar un poco de ropa antes de ir a dormir. En un momento, cuando volteé a dejar una camisa ya planchada, Krystal, quien ya había estado jugando cerca mío, tocó la plancha y ni Mark ni yo vimos lo que pasó, sólo la vimos en el piso, pensamos que se había caído, pero ella nos decía que le dolía y se agarraba la mano y no sabíamos cómo se "cayó". De pronto, Mark que la tenía alzada consolándola, le preguntó ¿tocaste la plancha? y ella dijo sí, la llevó de inmediato a la cocina para ponerle la mano bajo el agua mientras K lloraba a gritos. 

Cuando miramos sus dedos, tenía una ampolla grande en los dedos indice y medio, en ese momento sentí que mi corazón se rompió. Tuvimos varios minutos de llanto y gritos hasta que logramos mantenerla callada con sus dedos metidos en un tazón con agua y hielo. Ella después de varios minutos así ya no sentía el dolor de la quemadura y sacaba los dedos del agua, pero unos segundos después de sacar los dedos, volvía el dolor que causa una quemadura, lloraba nuevamente y volvía a meter su manito en el agua. Pasó como una hora o un poco más con su mano en el tazón repitiendo el mismo proceso de sacar la mano cuando ya no sentía el dolor. Finalmente ya llegaba la hora de ponerla a dormir y no podría tener la mano en el tazón, así que empezamos a decirle que ella tendría que soportar ese dolor ya que iba a sentirlo hasta que se duerma, ella lloró todo el tiempo que paso hasta que la dejamos en su cuarto.

Aprendimos 3 cosas esa noche: 
  1. A veces por curiosidad nos hacemos cosas que ya nos hayan dicho que no debemos hacer o que es peligroso que hagamos, ya sea para nuestra seguridad, integridad o salvación y que a veces debemos simplemente confiar en esas palabras de advertencia de quienes nos aman ya que querer experimentarlo no será tan agradable.
  2. Que todo lo que hacemos en esta vida tiene consecuencias y aunque las cosas que hagamos no sean graves, pecados que tengan que ver con nuestra salvación, tendrán una consecuencia y NO podemos escapar de ella. No podemos decir no, no deseo esta consecuencia. Cada cosa tiene su propia consecuencia de igual forma que cada acto/decisión o mandamiento tiene su propia bendición. La consecuencia siempre va a estar relacionada con el acto. Y que auqnue a veces podamos sentir adormecimiento (como el agua helada adormecía sus dedos y ya no sentia el ardor de la quemadura), la consecuencia todavía sigue ahí hasta que termine el proceso  de aprendizaje y a veces es para siempre.
  3. Ni podemos hacer que esas consecuencias las lleve otra persona, no podemos expiar los pecados o cargar las culpas de otras personas. Me hubiese gustado mucho poder quitarle ese dolor y ardor que sentía sus dedos cuando salían del agua o mientras se quedó dormida, pero no podía lograr aliviarla, sólo sabía que nuestro Señor podía lograrlo. Oré mucho para que pudiera resistir el dolor que mi princesa tendría fuera del agua y creo que fue la única forma que ella lo logró.  

    Se nos ha dado muchas enseñanzas, instrucciones de como dirigir nuestras vidas, no para restringirnos, sino para evitarnos experiencias dolorosas pero si decidimos no prestar atención a ellas y experimentamos dolor y sufrimento, Dios es el único que nos extiende la mano y puede ayudarnos, el que puede expiar nuestros pecados, el que puede curarnos, aliviarnos de nuestras cargas, Nadie mas puede ni podrá lograrlo. Nunca es tarde si recurrimos a El!

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